• Polo Benito, José (1919). EL PROBLEMA SOCIAL DEL CAMPO EN EXTREMADURA. Carta-Prólogo del Obispo de Plasencia Salamanca: Establecimiento tipográfico de Calatrava
José Polo Benito.- (Salamanca, 1879, Toledo 1936) fue un clérigo y escritor español. Deán de la Catedral de Plasencia y Consejero de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Plasencia., secretario del obispo Francisco Jarrín y Moro. Era conocido como “El Padre de las Hurdes”, promotor del viaje de Alfonso XIII a Las Hurdes en 1922. Ordenado sacerdote en 1904, inició su actividad pastoral como coadjutor de Sancti-Espirítus (Salamanca) En 1905 fue nombrado catedrático de la Universidad de Salamanca y capellán de las religiosas franciscanas de la ciudad; Dirigió la revista Las Hurdes, organizó el Congreso Nacional Hurdanófilo celebrado en Plasencia y fundó y dirigió el periódico Regional (1907-1914). Murió asesinado al comienzo de la Guerra Civil Española, fusilado en la Puerta del Cambrón de Toledo junto a un grupo de 80 personas, entre los cuales estaba al parecer Luis Moscardó el hijo del coronel Moscardó, defenso del Alcázar de Toledo.
Fue beatificado junto con otros 497 mártires por el papa Benedicto XVI el 28 de octubre de 2007 en Roma. En su honor existe en Salamanca la Calle Déan Polo Benito. Su cuerpo incorrupto actualmente está en la capilla del Sagrado Corazón de Jesús en la Catedral de Toledo (Fuente Wikipedia)
En el día 19 de Enero del año 1905, visito en Guijo de Granadilla, la tumba del poeta Gabriel y Galán. Caminando por el camposanto, va emocionado, con dolor en la mirada, serena angustia en la expresión, el sacerdote entendido en letras, se sienta junto a su lapida, saca un cuaderno y un lápiz, y escribe en sus hondos pesares, unos versos: el sacerdote también es poeta.
En la losa que cubre el cadáver
escribo estos versos…
Recuerda, lo que vio en su muerte, en la muerte del poeta:
Y al través de parduscas paredes
yo percibo los flébiles ecos
del solemne cantar funerario
que, isócrono y lento,
va llenando los ojos de lagrimas
va llenando de sombra el templo.
Se encuentra abstraído, encerrado en si mismo, no apercibiéndose de lo que le circunda. No ve acercarse a un pobre hombre, de lo alto de la sierra, humilde, cohibido, mal trajeado: ¿Quien era?,… Lo que hizo, el sacerdote nos lo dice el buen sacerdote en estos versos:
A la losa que cubre el cadáver
Se agarra, gimiendo,
el jurdano que hogaño en la siega
tuvo pan y cariños tan tiernos,
que no acierta a expresar con la boca,
aunque sabe sentir con el pecho.
Y me dice con voz quejumbrosa:
- ¡Ay, señol, don José mos s`a muertu!
Hogañazu, ni comu a su vera,
ni sus miesis siegu;
ajuyó toítu aquellu pa siempre:
er pan del invierno,
las cosinas tan durcis que icía
pa siempre se juerun.
¿No lo sabi el señol, no lo sabi?
¡Ay señol,don José mos s`a muertu!
Y sus ojos hundió entre la tierra,
y sus manos cruzo sobre el pecho
y escapóse la humilde plegaria
de sus labios fervientes y trémulos.
Con la fiebre del alma en los ojos,
Con la fiebre del hambre en su cuerpo,
El jurdano que hogaño en la siega
Tuvo pan y cariños tan tiernos,
Abandona la triste morada,
Llorando en silencio.
En la losa que cubre el cadáver
Se oyeron dos ruegos:
Es el mío que lloran las musas;
Es el suyo, que lloran los buenos.
El sacerdote ha terminado sus versos. Ha puesto en el cuaderno: Cementerio de Guijo de Granadilla, 19 de Enero de 1905. (Fuente: La voz de Plasencia. Jose Antonio Pajuelo Jimenez Pedro Luna reina)
► Las Hurdes. El viaje de S. M. el rey D. Alfonso XIII en 1922
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